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lunes, 20 de abril de 2015

Africana

Eres mujer. Africana. Posiblemente saliste de tu país buscando un futuro para tu bebé recién nacido, ya que en tu aldea de Níger, Sudán o Congo no hay escuelas, medicinas o agua potable. Te pusiste en manos de pasadores o mafias, como los llamen los europeos te importa poco, para intentar alcanzar tu Dorado y te convertiste en una víctima más del tráfico de seres humanos que tan ricos hace a algunos
.
En tu viaje hasta la costa de Libia, Argelia o Marruecos fuiste tratada como mera mercancía, te violaron varias veces y posiblemente estés embarazada de alguno de aquellos monstruos.


Seguramente cuando llegues a ese Dorado que anhelas escucharás que los y las africanas son muy promiscuas y por eso vienen todas embarazadas
Sabes que para pagar tu viaje serás explotada sexualmente en algún club de carretera o en algún parque en penumbra. Y no sabes por cuánto tiempo. Eso no te lo han dicho. Pero ya estarás en la tierra prometida.
Llegas al último peaje. Un barco oxidado donde van 700 personas que como tú huyen de la miseria, la hambruna, la guerra y quieren la vida que ven en las películas. Te meten en la bodega, con escaso aire, poca agua y menos luz. Pero aguantas, por tu pequeño.
Y después... nada.
700, 1000, qué más da el número. Vidas. Esperanzas. Que ya no están. Y en pocos días no serán más que un recordatorio en las búsquedas en Google.
Ficción o realidad?.
De verdad importa?

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