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miércoles, 31 de julio de 2013

Reuniones



Una parte de tiempo muy importante de los equipos deportivos durante el periodo de pretemporada lo ocupan las reuniones que el entrenador o el cuerpo técnico mantienen con los integrantes de la plantilla. En estas reuniones puede estar implicado todo el grupo o algunas partes del mismo: los capitanes, los nuevos, los jóvenes, por demarcación… Pero todas ellas deben tener una serie de características comunes que son las que van a determinar si ese tiempo que hemos empleado en la reunión ha sido productivo o no.
Ante todo, el técnico deportivo debe saber que las reuniones no se improvisan, sino que deben prepararse y conducirse para que aparezcan los efectos positivos que queremos conseguir con ellas.
Por regla general, antes de llevar a cabo una reunión tenemos que tener claras una serie de cuestiones, a saber: el objetivo de la reunión, qué buscamos para dedicar una determinada cantidad de tiempo a reunirnos, cuál es el fin; quiénes asisten, no es lo mismo una reunión individual que una con todo el grupo; el grado de participación de los asistentes, habla sólo el entrenador (no participativas) o va a permitir que sus jugadores se expresen (participativas); el rol del conductor de la reunión, va a moderar o va a tener un papel participativo; los contenidos a tratar, de qué vamos a hablar y en qué orden; y la finalización de la reunión; aspecto fundamental para que todos los participantes se marchen de la misma con la sensación de que ha servido para algo.
La duración de las reuniones va a venir determinada por la edad que tengan los deportistas con los que trabajamos. No es lo mismo reunir a un equipo de juveniles que a un equipo alevín, ya que cuanto más pequeños sean menos capacidad tienen para mantener la atención a lo que estamos tratando durante periodos de tiempo prolongados. Con los deportistas más jóvenes hay que utilizar pocas palabras, claras y que tengan significado para ellos.
En las reuniones que se mantienen de forma individual con los deportistas  a principios de la temporada deberemos conocer cuáles son los intereses e inquietudes del jugador, para lo que tendremos que utilizar un estilo participativo en la reunión con el que el deportista pueda expresarse libremente, siendo fundamental la práctica de la escucha activa y el respeto, aunque se muestren puntos de vista diferentes a una misma situación.

Practicando la escucha activa y la empatía, el entrenador logrará ganarse la confianza que los deportistas que tiene a su cargo.
Publicado en www.melillaesdeporte.es

viernes, 19 de julio de 2013

Pretemporada: aprovecha la ocasión




Verano, calor, vacaciones,… Mediados del mes de julio, cuando la mayoría de los trabajadores comienza su periodo vacacional, los equipos profesionales de fútbol empiezan una nueva temporada, una situación que el entrenador y su cuerpo técnico deben saber aprovechar para sentar las bases de lo que será el trabajo de todo un año y en el que se fundamentará buena parte del éxito o fracaso con el que evaluemos una temporada.
En este periodo es básico el trabajo físico, y muy importante también es el aspecto psicológico que debe saber manejar el entrenador para que su grupo se cohesione, esto es, para que todos los miembros de la plantilla se sientan atraídos por el proyecto y crean en él.
Son muchas las variantes con las que un club puede encontrarse en la vuelta al trabajo: nuevo entrenador, nuevos jugadores, situaciones económicas problemáticas, plantillas no confeccionadas,…, y todas ellas deben ser tratadas con el máximo cuidado por los responsables del equipo si quieren sentar las bases de un trabajo bien hecho y que propicie la consecución de los objetivos planteados.
La llegada de un nuevo técnico al vestuario genera una serie de incertidumbres que producen estrés en los deportistas y que el técnico tendrá que intentar aclarar lo antes posible con el fin de que ese estrés se disipe en el menor tiempo.
Los jugadores que continúan de la temporada anterior tendrán dudas acerca del papel que desempeñarán en la presente: los que jugaban se preguntarán si seguirán haciéndolo, los suplentes si tendrán más oportunidades que con el técnico anterior, y todos se cuestionarán si la persona que el club ha puesto al mando sabrá manejar las diferentes situaciones que se den en la temporada. Los jugadores que forman parte de una plantilla por primera vez se tendrán que acostumbrar a las normas, usos y costumbres que rigen el vestuario, además de lo que para cualquiera de nosotros supondría un cambio de lugar de residencia, y no sólo para ellos, también para sus familias.
Ante esto, lo primero que debe hacer el entrenador es explicar a sus futbolistas qué espera de ellos, esto es, los objetivos que les marca para la temporada, tanto grupal como individualmente, con la premisa de ser claro y conciso, y aceptando que si el futbolista alcanza su objetivo tendrá que cumplir lo pactado: el beneficio que se obtiene por el esfuerzo realizado. Para ello, es fundamental hablar con los jugadores en grupos, a solas, por demarcaciones intentando ser un buen comunicador.
La pretemporada es un momento clave para este trabajo de asignación de roles y tareas, que además va a propiciar que los jugadores conozcan a su nuevo técnico, asimilen los fundamentos físicos, tácticos y técnicos que se van a trabajar y se genere cohesión en el equipo, que va a determinar en buena parte lo que ocurra durante la temporada,
Cualquier entrenador sabe que para que su equipo funcione los jugadores deben confiar en él, y debe hacer que esa confianza se mantenga a pesar de las diferentes circunstancias adversas con las que se van a encontrar en la temporada. Si durante estos primeros días de entrenamientos, el técnico es capar de sentar las bases de esa confianza tendrá mucho camino recorrido, y le será mucho más fácil ser la persona de referencia para los futbolistas. Tiene que convertirse en el líder del vestuario.
Publicado en www.melillaesdeporte.es