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martes, 3 de abril de 2012

Psicología y deporte: una mezcla determinante

La psicología estudia el comportamiento humano. Esta es la premisa de partida desde la que el mundo del deporte debe concienciarse del beneficio que puede aportar el conocimiento psicológico a aquellos que profesionalmente se dedican a la actividad deportiva. Desde hace muchos años se viene aplicando de diversas maneras la psicología al mundo del deporte, incluso determinados entrenadores tienen formación como licenciados en Psicología (por ejemplo, Gregorio Manzano). A los técnicos que realizan los cursos para ejercer de entrenadores, desde el deporte base al profesional, se les inicia en el conocimiento psicológico de los deportistas.
Ahora bien, ¿por qué muchos clubes y entrenadores son reacios a implementar la figura del psicólogo en sus estructuras deportivas?. Si un deportista individual o un equipo necesita, obligatoriamente, a un preparados físico para que se de el mejor nivel de respuesta física en los momentos claves de la temporada, debemos concienciarnos de que la preparación mental es tanto o más importante que la física para obtener los objetivos que nos propongamos.
En mi opinión, la clave de la cuestión está en que, desde el deporte base, los niños y niñas que practican alguna actividad deportiva estén familiariazados con la figura del psicólogo deportivo. Todavía queda, en muchas personas, la concepción de psicología igual a locura, lo que de antemano es una premisa errónea. El psicólogo puede ayudar, en las edades tempranas de la práctica deportiva, a favorecer la socialización, el aprendizaje de normas, el sentimiento grupal y a moldear la personalidad de los chavales que están en pleno proceso de desarrollo.
Debemos mentalizarnos, y muchos técnicos de deporte base no lo están, de que el deporte es una actividad de aprendizaje como lo puede ser la escuela o la familia, pero con un condicionante añadido que lo hace especial. La familia es la que te ha tocado, al cole tienes que ir porque es obligatorio, sin embargo, el niño o la niña que se decanta por realizar un deporte lo hace porque le gusta, y esta predisposición positiva es la que los técnicos de deporte base deben aprovechar para trabajar con los más pequeños.